Entrevista con Patufets al món
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Os comparto aquí la entrevista que me hicieron en 2013 el equipo de Patufets al món,
¿Cómo se llaman tus hijos?
Lluna y Luca.
¿Cómo se las apañan los alemanes pronunciando Lluna?
Si les dices que es como una “j” lo entienden muy bien. A pesar de que es cierto que normalmente tienes que empezar aclarando que Lluna no es Luna. Intenté decirles que lo pronunciaran cómo “Mallorca”, pero no ayuda mucha porque te dicen “Malorca”.
En Alemania normalmente solo se pone un apellido, ¿lo habéis hecho así?
Lo queríamos sí, solo con el mío porque mi compañero no quería que llevaran su apellido, que es un poco cómico. Da para hacer bromas… Pastallé, el mío, no les facilita demasiado la vida aquí… La sorpresa fue cuando fuimos a inscribirles al consulado: nos dijeron que, si había padre conocido, tenía que llevar su apellido obligatoriamente. Tuvimos que cambiar la partida de nacimiento alemana… Por lo tanto, todavía más burocracia… Ahora tienen primero mi apellido y después el de mi compañero.
Eres traductora de profesión. ¿Desde que eres madre te has reincorporado al trabajo?
Desde que soy madre no he vuelto a trabajar oficialmente. Todavía estoy de baja de maternidad porque aquí en Alemania tienes hasta tres años de excedencia laboral. Me los he cogido tanto por Lluna como por Luca. En la agencia donde trabajaba me guardan mi plaza de traductora. Ahora bien, de la maternidad y las lenguas ha surgido un nuevo proyecto para trabajar con niños y niñas muy pequeños la adquisición de lenguas extranjeras (Club Solete). Ahora lo estoy empezando a enfocar…
¿Les gusta a Lluna y a Luca el cuento de “En Patufet” (Garbancito)?
Les encanta. Siempre me lo piden y siempre lo miran como si fuera la primera vez. Y cantamos todos juntos, cada vez más fuerte, cuando Patufet va a la tienda. Lo disfrutan mucho. De hecho, leer cuentos y cantar en catalán es lo que más les gusta.
Tú, creciste en un entorno bilingüe, madre castellanohablante de Valencia y padre catalán, de Torelló. ¿Por qué elegiste el catalán como lengua materna para tus hijos?
Sí, yo me considero bilingüe. Y de sentimiento, catalana y castellana. Pero ha sido una elección de corazón. Llevo muchos años trabajando con lenguas y sé que no se pueden imponer. En realidad, esperaba que me saliera el castellano. Pero curiosamente salió el catalán. No sé explicar por qué. Con Lluna ya hablaba en catalán cuando estaba en la barriga. Con mi pareja hablo en alemán. No comparto ninguna de mis lenguas maternas.
¿Qué lenguas habláis en casa?
El padre les habla en alemán, yo les hablo en catalán. Ahora estamos entrando en una fase en que Lluna le dice a su padre que él no habla catalán, que no sabe y que no lo entiende. Todo empezó porque su padre les quiso leer un cuento en catalán y Lluna le reprochó: “¡No lo sabes leer bien, no se dice así!”. Cuando estamos en Cataluña, hablo en castellano con parte de mi familia.
¿Pero ellos no se pasan ni al castellano ni al alemán cuando habláis?
No, a mí me ven hablando en muchas lenguas, pero yo siempre les hablo en catalán y ellos conmigo también. Luca, que es el más pequeño, tiene dos años y medio, últimamente mezcla mucho con el alemán, pero menos de lo que me esperaba, pensaba que sería un calco literal del alemán. Dice tres palabras en una lengua, dos en la otra… Aparte, viene una canguro una vez a la semana dos horas para intentar no perder el castellano y cuando se va, Luca también mezcla con el castellano.
¿Hay alguna palabra curiosa que digan, fruto de mezclar lenguas?
Lluna no consigue decir “sitio”, siempre dice “Platz”. Por ejemplo para decir: “ven aquí a la cama que te he hecho *Platz (sitio)”. Tampoco sabe decir que no cabe, hace una catalamañada: “no passa” (se passt nicht). Me he dado cuenta que acostumbran a expresar lo que viven en la guardería mejor en alemán y por lo tanto hablan más con su padre. El verano pasado un día Lluna se enfadó conmigo y me dijo amenazándome: “pues, soplaré y soplaré y la casa tiraré”!
¿De los Tres Cerditos?
Sí, también les gusta mucho.
¿Tenéis contacto con otras familias catalanas en Berlín?
Tenemos el grupo Catalanets en Berlín, que creo que les ayuda mucho a vivir esta realidad catalana. Porque a pesar de estar acostumbrados a estar con padres de niños y niñas españoles o alemanes, cuando estamos con Catalanets es un plus. También he de decir que lo combino con largas estancias en Cataluña, que me parecen importantes para la lengua y para ayudarlos a construir su identidad. Intento que participen en las tradiciones culturales catalanas, como la Navidad o la fiesta mayor de Sant Cugat.
¿Y ellos son conscientes de esta identidad catalana?
Me di cuenta por primera vez ahora hace un año, cuando Lluna tenía tres años y medio. Fuimos tres semanas al norte del país, yo sola con mis hijos, y fue la primera vez en que el entorno era solo alemán. Yo era la única que hablaba otra lengua. Todo el mundo nos preguntaba qué hablábamos, que les parecía francés o castellano… A la tercera persona que lo preguntó, Lluna ya le contestó: “Wir sprechen katalanisch” (hablamos catalán). Enseguida le llegó esta identidad, además con el subtítulo de “y no es castellano”. Está orgullosa. Pero no sé muy bien hasta qué punto engloba o no el castellano en su identidad.
¿Cómo “gestionas” como madre catalana en Alemania los choques culturales del día a día?
Hace 15 años que estoy aquí, cuatro y medio que soy madre y me ha sorprendido encontrarme con nuevas dificultades cuando lo he revivido como madre. Es un ejercicio continuo de preguntarme de dónde son mis raíces, qué me dice mi intuición… Hay muchas cosas que hacemos diferentes…